Cuándo los niños pasan el años y medio o dos años de estancia en el centro de acogida no pueden beneficiarse de los recursos que pueden ofrecerles en la institución. Los niños empiezan a manifestar problemas o cambios en su conducta. Esta reacción del niño sirve de señal de alarma a los cuidadores.
Los educadores para favorecer el desarrollo emocional de los niños que permanecen demasiado tiempo en el centro deben intentar aumentar la estabilidad de la figura de apego con el niño, tanto físicamente como en calidad de atención individual.
Los niños prematuros , con problemas de peso al nacer, con enfermedades físicas o de malformación o síndrome de abstinencia, etc presentan más dificultades para establecer vínculos de apego positivos con los educadores, exigen mas cuidados del educador y puede caer en un apego inseguro. Su temperamento difícil condiciona que el niño establezca un apego seguro.
Se puede llegar a la conclusión de que los niños de entre cero y tres años que residen en centros de acogida no llevan una mala vida, ni una vida sufrida. En muchas ocasiones llevan la mejor vida que podrían llevar, ya que continuar con su familia biológica les perjudicaría. Este documento ayuda a que la gente se conciencie que la idea de que las instituciones sociales son crueles es falsa. Los educadores o cuidadores se preocupan por los niños, en cada Centro hay un psicólogo además de los cuidadores y el tutor legal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario